Cuando la BSO forma parte del storytelling cinematográfico

El formato visual nos da mucha información en muy poco tiempo y es que como se dice habitualmente, “una imagen vale más que mil palabras”. Pero… ¿Qué pasa cuando una imagen o una serie de imágenes van acompañadas de música? ¡Eso es un cúmulo de sensaciones y de inputs difícil de pasar por alto!
Marius Masalar from usplash
Actualmente, cuando miramos una película, no podemos concebirla sin música. Los sonidos, las melodías, las canciones, entre otros recursos sonoros, han acompañado al cine casi desde su inicio. ¡Imagínate ver una película de miedo sin su melodía de tensión y misterio característica! Probablemente, pierda gran parte del atractivo y no nos parezca tan terrorífica.
Debemos diferenciar entre dos tipos de música en el cine:
  • Diegética: aquella que forma parte de la escena y está integrada en el mundo ficticio.
  • Extradiegética: música que forma parte del montaje de la película, añadiendo un sentido y reforzando la función emocional, por ejemplo, una banda sonora.
Y de eso, precisamente, vamos a hablar en el post de hoy: cómo la música extradiegética forma parte del storytelling y configura un valor añadido en la película.
Un repaso a los inicios más icónicos
Cómo comentábamos antes, ¿qué sería una película de terror sin música? Un gran ejemplo es Psicosis (1960) por su celebrada escena de la ducha en laque la actriz Janet Leigh interpretando a Marion Crane, es brutalmente atacada. Hitchcock usó 78 planos acompañados por una música estridente que se movía al compás del cuchillo de Norman Bates. Esta escena de tan solo 45 segundos, puso la piel de gallina a espectadores de todo el mundo.
La BSO fue creada por Bernard Herrmann usando notas altas de violines, violonchelos y violas que asemejan a chirridos angustiantes. Esta canción la tituló “ El Asesinato” y, a día de hoy, sigue siendo una de las más terroríficas del género.


Otro buen ejemplo es la BSO de Halloween (1978) de John Carpenter, pionero en el género cinematográfico denominado slasher. A todos nos ha angustiado alguna vez escuchar la famosa canción y rememorar las escenas en las que una indefensa Laurie (Jamie Lee Curtis) se enfrenta a uno de los asesinos en serie más famosos.

El propio Carpenter, que empezó componiendo las bandas sonoras de sus films por falta de presupuesto, explicó en una entrevista cómo se imagina la escena en su mente a la hora de crear las melodías y “...la música, o la falta de ella, puede hacerte ver mejor una película.”


No todo va a ser terror en el cine. Algunas películas de animación también han pasado a la historia con sus grandes y pegadizas BSO. ¿Recuerdas La Pantera Rosa (1963)? Probablemente, su melodía detectivesca, sea la más conocida de Henry Mancini. Este compositor necesitó tan solo un músico (Plas Johnson) y un instrumento (saxofón) para ponernos de buen humor con esta canción y pasar a la historia Cada vez que la escuchamos, identificamos de qué película se trata. Además, su ritmo es tan característico que nos remite, directamente, a un mundo de acertijos y misterios… ¿verdad?
Las BSO también son fantásticas cuando las acompañan unos lyrics que aportan valor añadido al storytelling de la película. Uno de los ejemplos más conocidos, probablemente, sea Pesadilla antes de Navidad (1993) de Tim Burton.

Todos hemos cantado “Halloween, Halloween… ¡En la ciudad que es mi hogar el día de difuntos voy a celebrar!” mientras esperábamos a que Jack Skellington apareciera en pantalla. Eso es justo lo que quería conseguir Danny Elfan, compositor de confianza de Burton que ha participado en todas las películas del director. Para ellos lo más importante era crear canciones que complementaran el storytelling de la película contando cómo se sentían los personajes que las cantaban.
Hablemos de éxitos más modernos
Los 2000 entraron con fuerza haciendo que toda la gente se planteara si el mundo colapsaría y los ordenadores se volverían locos. Nada de eso ocurrió, fue una época llena de avances tecnológicos y que nos brindó grandes joyas musicales cinematográficas.
¿Tu también estás esperando para recibir tu carta de invitación a Hogwarts? Por supuesto, todo el mundo en su sano juicio la está esperando.

La BSO del opening de Harry Potter (2001) es una invitación a entrar a un mundo extraordinario y no podía haber estado concebida por otro que no fuera John Williams, el gran maestro. Williams compuso otras obras magníficas como la BSO de La Guerra de las Galaxias o La Lista de Schindler. Jamás lee el guión, tan sólo quiere ver la película una vez está montada para así poder componer y hacer magia. Nunca mejor dicho.
Pasamos de magos y trucos de magia a surcar las peligrosas mareas, huir de maldiciones de barcos fantasma y convertirnos en un auténtico pirata.

Otra exitosa BSO vino de la mano de Hans Zimmer con Piratas del Caribe (2003). Su melodía ya tan característica nos hace querer meternos de lleno en la historia y acompañar a Jack Sparrow en sus divertidas aventuras. Nunca podremos olvidar sus palabras: “Siempre recordarás este día como el día en el que casi capturas a Jack Sparrow." Una frase mítica que repite el personaje a lo largo de las películas y que suele ir acompañada de la BSO. ¡Nos pone la piel de gallina!
“Somebody once told me the world is gonna roll me…”

Aparece un gran ogro verde dando una patada a la puerta del baño y saliendo descaradamente de la ciénaga… ¡Shrek!

Nadie olvidará la divertida y variopinta BSO que se nos presentó en la primera película de Shrek (2001) y que continuó con sus cuatro películas y numerosos cortos. El tema principal y más exitoso fue All Star para la primera película. Esta canción fue compuesta por la banda rockera estadounidense Smash Mouth, en concreto, por Greg Camp. Éste explicó en una entrevista que la melodía estaba en Fa sostenido mayor con un tempo de 104 beats por minuto y que se lo pasó genial componiéndola.

Para acabar queremos nombrar a Climax (2018) de Gaspar Noé. Una película peculiar como ya nos tiene acostumbrados este director. Mucho baile, drogas, diálogos que divagan de un lado a otro y una música que acompaña al film en todo su proceso: desde el inicio hasta el descenso de la locura.

La canción principal y más conocida es “Supernature” del compositor francés Cerrone. Una melodía electrónica disco que nos mete de lleno en la coreografía inicial de la película. Sus beats acompañan los movimientos de voguing de los actores y bailarines. Si la escuchas, sentirás que su ritmo te invade todo el cuerpo y querrás bailar sin parar. ¿Entiendes ahora el por qué del final de Climax?
¡Os animamos a escuchar todas las BSO que os hemos recomendado y disfrutar de una sesión de cine y música como nunca!