Salud y música:

La música sí salva vidas

Cada vez es más habitual que los hospitales desarrollen tratamientos basados en el poder de la música para la recuperación de sus pacientes. La influencia de la música sobre nuestro estado de ánimo ya sea para reconfortarnos en alguna situación difícil, así como para reforzar momentos alegres, es evidente. Ahora, además, se ha podido demostrar científicamente que la música también puede tener beneficios directos sobre nuestra salud de una manera global.
La música y las emociones
El placer que nos produce la música se explica por los cambios químicos que provoca en nuestro cerebro. Al escuchar música se liberan una serie de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina y aumentan la producción de oxitocina. Estas reacciones producen un efecto calmante permitiendo que nuestras emociones se autorregulen. Se ha demostrado que escuchar música rápida y rítmica nos produce felicidad y, en cambio, las melodías lentas nos hacen sentir tristeza y nostalgia. En 2001 se publicó el primer estudio de neuroimágenes que demuestra la relación directa entre la música y las emociones: aumenta el flujo sanguíneo en las áreas cerebrales y rebaja los niveles de ansiedad y estrés.
Una ayuda contra el dolor
La música no solo cambia el desarrollo de nuestro cerebro, sino que también puede usarse para calmar el dolor crónico y/o grave. En 2010 se publicó un informe que explicaba como treinta minutos de música diaria habían conseguido rebajar entre un 40% y un 50% el dolor de pacientes hospitalizados en oncología. También existen evidencias que puede ser de gran ayuda para la salud vascular, ya que consigue mitigar el dolor en personas que han pasado por una cirugía cardíaca. El Hospital General de Massachusetts estudió los niveles de presión sanguínea de pacientes que habían sido operados y confirmó su mejoría gracias a la música. Los científicos también han podido demostrar que ayuda a rebajar los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y a reforzar el sistema inmunológico. Y sabemos también que escuchar cincuenta minutos de música energética aumenta la producción de plaquetas, estimula los linfocitos y activa la protección celular ante determinadas enfermedades.
Más beneficios de la música
Más allá del impacto positivo de la música sobre nuestra salud emocional y física, sus beneficios tienen un alcance mucho mayor y es que cuando escuchamos música estimulamos la actividad cerebral. Se ha demostrado que tocar un instrumento facilita el aprendizaje y según un estudio publicado por la Universidad de Helsinki, escuchar a Mozart ayuda al desarrollo intelectual al activar ambos hemisferios cerebrales, maximizando el aprendizaje y la retención de información. También puede ayudar a prevenir el impacto de enfermedades neurológicas como el autismo, el Alzheimer y el Parkinson al mejorar la comunicación neuronal, la elasticidad y la plasticidad del órgano.
Tal y como hemos visto, hay muchos estudios que ponen en valor el papel que juega la música sobre nuestra salud emocional, psíquica y física. La terapia musical cada vez se utiliza en más hospitales con resultados muy destacados sobre la salud de los pacientes ya que gracias al uso de las respuestas cerebrales que se generan al oír música, se estimula el bienestar general. Bob Marley ya lo decía: “Cuando la música te alcanza, ya no sientes dolor”.